En la industria alimentaria, la desinfección de superficies es de vital importancia para garantizar la seguridad y la calidad de los productos. Tradicionalmente, se han utilizado métodos manuales de limpieza y desinfección, que pueden ser efectivos, pero presentan limitaciones en términos de eficiencia y alcance.

El proceso FIP, o Fog in Place, es un proceso moderno de desinfección de superficies por vías aéreas (DSVA) para lograr una desinfección más eficiente y completa. A diferencia de los métodos tradicionales, el FIP utiliza una solución desinfectante que se convierte en microparticulas, que es dispersada en el aire y se adhiere a todas las superficies, incluso a aquellos puntos de difícil acceso.

Una de las ventajas clave de la DSVA es su capacidad para abarcar grandes áreas en poco tiempo. Esto es especialmente beneficioso en la industria alimentaria, donde las instalaciones pueden ser extensas y requerir una desinfección regular. Con el proceso FIP, se puede cubrir una amplia superficie en un corto período, lo que permite una mayor eficiencia en comparación con los métodos tradicionales.

El tamaño de las microparticulas es importante porque puede influir en la cobertura, la suspensión en el aire y la eficacia de la desinfección. Las micropartículas liquidas generadas por FIP tiene una mayor capacidad de permanecer suspendidas en el aire durante períodos prolongados, llegan a áreas de difícil acceso y tienen una mayor área superficial.

Además de su eficiencia, la DSVA también se destaca por su efectividad. Los procesos DSVA son ideales para tratamientos de desinfección de choque, ya que son capaces de lograr una reducción logarítmica de >5log en la carga microbiana. Esto significa que se puede eliminar una cantidad significativa de microorganismos patógenos, reduciendo así el riesgo de contaminación y enfermedades transmitidas por alimentos.

FIP es una desinfección 2×1, pues tiene la capacidad de desinfectar las superficies y al mismo tiempo realizar una desinfección ambiental.